Un Pueblo con mucho Teatro
TRAGICOMEDIA DE UNA SONRISA BURLONA
El Corral de Comedias de Canales de la Cierra se ubica en el interior de un edificio emblemático de la Villa del alto Najerilla: La Torre del Papamoscas.
Esta máscara casi teatral, saluda al visitante abriendo la boca con cada campanada del reloj que corona la torre. Su mueca de tristeza al ver como su escenario carecía de actividad está mudando en una sonrisa burlona al comprobar cómo ese mismo escenario vuelve a llenarse de vida.
Su gesto es un guiño para que el público se acerque a descubrir este tesoro de piedra y madera, en el que antiguamente se celebraban funciones teatrales asiduamente cuando la población frisaba los 1.000 habitantes. Incluso durante los años 50 y 60, la villa contó con una compañía estable de teatro -La Serrana- que además ofrecía su arte por los pueblos vecinos de La Rioja y Burgos.
Tras su reconversión el cine y su posterior abandono debido a la emigración y la falta de recursos, el lugar se convirtió en almacén municipal.
Tal agravio puso en pie a un grupo de vecinos que en los años 90 montaron varias representaciones para recaudar fondos y hacer un llamamiento a las autoridades para su recuperación.
La llamada surtió efecto y el Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Canales acometieron una puntillosa restauración que a partir de ahora se podrá contemplar gracias al empeño de nuevo de los propios canaliegos. El teatro de Canales de la Sierra se terminó de construir en 1771 tal y como reza en su fachada. Desde entonces se ha convertido en todo un símbolo para una localidad orgullosa de sus orígenes celtíberos y romanos.
EL ESPLENDOR DE LA LANA
A finales del siglo XVIII, Canales de la Sierra contaba con siete ermitas de las que quedan en pie La Soledad, San Juan y San Antonio. Todas ellas se encontraban en su origen alejadas del casco urbano, cuando el núcleo de población tan solo formaban las construcciones que hoy integran el barrio de San Cristóbal.
Otra ermita era la consagrada a San Andrés que con el transcurrir de los años y el aumento de población terminó siendo engullida por un casco urbano que se expandió hacia el oeste.
Los años de esplendor económico de la villa tuvieron lugar a partir del siglo XV gracias al negocio de la lana, y en plena efervescencia del Concejo de La Mesta, y continuaron hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX cuando se abolió la institución creada por Alfonso X. Como colofón a esas últimas décadas de esplendor económico se construyó el corral de comedias que hoy conocemos. No existe documentación sobre su financiación aunque la falta de testimonios públicos bien podría deberse a que la Corrala pudo ser el empeño de una o varias familias adineradas de la villa.
La pérdida del monopolio mundial de España en el comercio de la lana, dejo a Canales e la Sierra sin presente y prácticamente sin futuro. En 1877 vivían en Canales 1033 vecinos, su techo poblacional a partir de ese momento el declive es progresivo hasta llegar a los menos de 100 habitantes censados en la actualidad, motivado por dos grandes migraciones: primero a Sudamérica a finales del siglo XIX y posteriormente, a mediados del siglo XX, a las grandes urbes españolas.
EL FUTURO QUE ESTÁ POR ESCRIBIR
Todo presagiaba que había llegado el final del idilio de Canales de la Sierra con su teatro. Pero gracias al empeño de los vecinos el teatro vive un renacer que, más allá del mero hecho cultural, pretende ser un nuevo estímulo que actúe como punta de lanza de un pueblo condenado de ‘la España vacía’.
Por ello, se intenta sumar un aliciente cultural a los recursos arquitectónicos y naturales de la población del Alto Najerilla. El objetivo: ser el referente del teatro en La Rioja en plena Sierra de la Demanda para que el esplendor pasado, que duró varios siglos, tenga su reflejo en un futuro que aún está por escribir.